Nuevo Mundo

Exposición individual Espacio Lapanera
Santa Cruz de Tenerife
17 may – 28 jun 2025

Comisariada por Guillermo Espinosa

«En Nuevo Mundo Valle Martín convierte los conceptos de territorio, paisaje y arquitectura en una misma materia discursiva, prácticamente indivisible. Su cámara se detiene en la fundación histórica del núcleo urbano de Playa de las Américas como un hito de ordenación urbanística, diseño arquitectónico y alteración del entorno en las islas. Desarrollado principalmente entre 1965 y 1990, en sucesivos planes parciales de edificación, los primeros tres edificios, los escogidos por Martín como eje central de este proyecto, se construyeron en 1967. Los apartamentos Acapulco, Copacabana y Viña del Mar, por aquella época colosos exentos de una arquitectura que podríamos definir como racional-pragmática, rodeados por un desértico paisaje de parcelas definidas, aceras sin edificios y largas hileras de palmeras importadas, están hoy absorbidos por la realidad circundante.»

Guillermo Espinosa.
Texto del catálogo de la exposición. 

Nuevo Mundo
Comisariada por Guillermo Espinosa

Espacio Lapanera. Exposición individual 
Santa Cruz de Tenerife
17 may – 28 jun 2025

 

« En Nuevo Mundo Valle Martín convierte los conceptos de territorio, paisaje y arquitectura en una misma materia discursiva, prácticamente indivisible. Su cámara se detiene en la fundación histórica del núcleo urbano de Playa de las Américas como un hito de ordenación urbanística, diseño arquitectónico y alteración del entorno en las islas. Desarrollado principalmente entre 1965 y 1990, en sucesivos planes parciales de edificación, los primeros tres edificios, los escogidos por Martín como eje central de este proyecto, se construyeron en 1967. Los apartamentos Acapulco, Copacabana y Viña del Mar, por aquella época colosos exentos de una arquitectura que podríamos definir como racional-pragmática, rodeados por un desértico paisaje de parcelas definidas, aceras sin edificios y largas hileras de palmeras importadas, están hoy absorbidos por la realidad circundante.»

Guillermo Espinosa.
Texto del catálogo de la exposición. 

«Al retratarlos casi sesenta años después, en medio de una tensión medioambiental y social inusitada, Valle Martín logra captar no ya ese glorioso apogeo o nefasta decadencia, según señale respectivamente un apologeta o un crítico, sino su realidad más puramente documental: lo que aparece en sus imágenes es exactamente lo que hay. Bello o feo, amable o desagradable, acogedor o disuasorio, íntimo o estremecedor, estético o simplemente utilitario… Valle Martín no está aquí para apostillar ni para decirnos qué debemos pensar, ni en términos medioambientales, ni sociopolíticos ni económicos. Como la creadora de imágenes que es, busca obsesivamente la belleza. Plantea minuciosamente la horizontalidad o verticalidad de la imagen, el encuadre, la reproducción última de todos los matices de una luz evanescente. Trata las edificaciones, incluso su fragmentación, con un inusitado respeto. Ni las considera arquitectura de primer orden ni arquitectura basura; no hay un prejuicio en su mirada. Tan sólo la voluntad de realizar una constatación documental que sirva también para el futuro: que ayude a fijar el presente de un territorio en su propia memoria y en la de los demás. Generar una narrativa que incluya varias preguntas sin el deber de dar ninguna respuesta.»

Guillermo Espinosa.
Texto del catálogo de la exposición. 

«Nuevo Mundo se concibe como un viaje de la noche al día, como el retrato de un tránsito. Fotografiar la arquitectura en el momento en que desaparece de la mirada o precisamente, en el que nadie la mira. Allí donde el paisaje se difumina y la actividad de su hábitat se retarda, un momento asociado culturalmente a la transición entre mundos: entre el sueño y la vigilia, lo irreal y lo real, lo que muere y lo que nace, lo que está oculto y lo que se revela. Un descubrimiento. Ese Nuevo Mundo sostenido en la trascendencia de lo épico (la conquista humana de un territorio y el sometimiento de lo natural por la vía del progreso) pero también en la  poderosa lección que el tiempo nos da a través de la memoria: nada es inmutable. Una interpretación de la transformación: la constatación de que lo viejo se renueva periódicamente, y lo nuevo envejece inevitablemente. Yendo un poco más allá, Valle Martín también se propone trazar puentes históricos, incluso simbólicos, en el uso y la explotación del territorio insular. En última instancia, todo su proyecto local describe y da pistas sobre una verdad a escala planetaria: la preeminencia de la historia colonial y sus especificidades en la gestación de la globalización y su instrumentalización cultural, social, económica y política. El vínculo simbólico de Canarias con el proceso colonizador no se ha roto en estos siglos, tan solo ha cambiado sustancialmente.»

Guillermo Espinosa.
Texto del catálogo de la exposición.